El Género
El Género
Un concepto sobre lo que es el género es detallada por Scott, quien destacó que la categoría de género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias percibidas entre los sexos y es una forma primaria de relaciones significantes de poder. De la misma manera llega Marta Lamas, quien define el género como “la simbolización que cada cultura elabora sobre la diferencia sexual, estableciendo normas y expectativas sociales sobre los papeles, las conductas y los atributos de las personas en función de sus cuerpos” (p. 4) El género representa tareas y deberes distintos según cada cultura: “facilita un modo de decodificar el significado que las culturas otorgan a la diferencia de sexos y una manera de comprender las complejas conexiones entre varias formas de interacción humana” (Lamas, 1999, p. 149).
El término de género es ambiguo con relación a que varias personas lo confunde con sexo, cuando es todo lo contrario, se refiere al conjunto de prácticas, creencias, representaciones y prescripciones sociales que surgen entre los integrantes de un grupo humano en función de una simbolización de la diferencia anatómica entre hombres y mujeres (Lamas). Se refiere a los conceptos sociales de las funciones, comportamientos, actividades y atributos que cada sociedad considera apropiados para los hombres y las mujeres, son los estereotipos marcados por cada cultura en donde la persona se desenvuelve, los cuales están fuertemente ligados a una sociedad patriarcal que impone ciertos roles de género, elementos simbólicos sobre lo masculino y lo femenino, imágenes estereotipadas de mujeres y hombres, identidades dominantes asociadas a las relaciones de poder entre lo masculino y lo femenino.
A las mujeres le son atribuidas una serie de lineamientos de contenidos devaluados con respecto a los varones, posicionándolas como seres de menor valía, ajenas a la vida pública, laboral, política, etcétera. Así, el género enmarca el “deber ser” de los hombres y mujeres en el ejercicio de su cotidianidad. Sin embargo, y a pesar de que esta categorización sea vigente, en la práctica se observa una distancia considerable entre lo que la representación estereotipada espera y las conductas concretas. Por mencionar un ejemplo, las mujeres han desafiado con sus luchas desde hace ya bastante tiempo los espacios que el imaginario colectivo de género les adscribía. No solo existen mujeres enfermeras o maestras, secretarias, etc. Si no que también ahora existen mujeres que dirigen ámbitos políticos, en ingenierías, carreras de las cuales solo hombres podían culminarlas. Tales prácticas ponen en tensión los esquemas de identidad de género y crean conflictos en los referentes simbólicos, causando un cambio positivo a la sociedad que otorga mayor o menor valía por el género de una persona.
Bibliografía
Mejía, Carlos. (2015). Sexo y género. Diferencias e implicaciones para la conformación de los mandatos culturales de los sujetos sexuados. En Taguenca, Juan. Cultura, política y sociedad Una visión calidoscópica y multidisciplinar. Pachuca de Soto. (México): Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
Scott, Joan (2008), Género e historia, México, FCE, Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
Lamas, M. (1994). Cuerpo: diferencia sexual y género. Debate Feminista, 10(5), p3-31. https://www.icmujeres.gob.mx/wp-content/uploads/2020/05/2.-Cuerpo-Diferencia- sexual-y-genero.pdf
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